La vida moderna resulta muy ajetreada y estresantes: reserve unos momentos del día para sentarse a descansar con tranquilidad, cierre los ojos, respire lentamente y deje que la mente vuele. Para obtener mayores beneficios, experimente con fragancias como la mirra, el incienso y el sándalo; la sola mención de sus nombres evoca mundos de ensueño muy alejados de la vida cotidiana.
Los antiguos egipcios creían que el misterioso olor a humo de la mirra complacía especialmente a los dioses. Igual que el incienso, la mirra acentúa la perfección de niveles profundos de conciencia. Utilícela cuando se sienta inquieto: su fragancia refrescante le permitirá abordar con distancia las preocupaciones de la vida cotidiana.
El incienso, tan apreciado como el oro, fue una de las tres ofrendas que hicieron los Reyes Magos de Oriente a Jesús. Su vapor es balsámico y picante, con efectos calmantes y reconfortantes. El incienso provoca que la respiración sea más profunda y lenta; de ahí su eficacia para relajar tanto el cuerpo como la mente, y generar una mayor conciencia del terreno espiritual.
Con toda probabilidad, el sándalo es el perfume del más antiguo de la historia y desde hace más de 4000 años se tiene constancia de su uso. Muy valorada en la India, la madera de este árbol se emplea en la construcción de templos, en la talla de iconos y se quemaba como el incienso. Este exótico aroma a la almizcle facilita la meditación y goza de una popularidad entre los yoguis.
Estos tres perfumes pueden usarse por separado o de forma combinada. Pruebe a quemarlos como el incienso o vaporice los aceites en un quemador.
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