De nada sirven los métodos que prometen la superación del
hábito de fumar, de una manera rápida y efectiva, sin ningún tipo de esfuerzo.
Conseguir deshabituarse de una manera total es duro y requiere una gran dosis
de voluntad; lo mejor es elegir una fecha concreta y no volver a encender un
cigarro.
Paralelamente, hay que alimentarse de forma adecuada, evitar la
tentación ocupando el tiempo y la mente con el ejercicio físico o cualquier
otra actividad y, sobre todo, ser consecuentes con la decisión adoptada.
Sólo
es necesario recordar que dejando de fumar se está recuperando salud, ganando
en esperanza y calidad de vida.
Dieta a seguir cuando se deja de fumar:
- Consumo de alimentos alcalinos: frutas, verduras, judías blancas, mijo, y higos, pasas, zanahorias, apio y almendras.
- Reducción (no supresión) de alimentos ácidos: carnes, azúcar, trigo, pan, repostería, huevos, azúcar, la leche y queso.
- Consumir entre tres y cuatro litros diarios del líquido. (Esta cantidad recomendada incluye el líquido que se obtiene a partir de la fruta, la verdura, las ensaladas y las sopas).
Como calmar el Síndrome de abstinencia:
- El consumo de pipas de girasol, zanahorias y apios crudos puede ser efectivo como calmante.
- También las herboristerías y tiendas de dietética nos ofrecen remedios naturales, como las cápsulas de ajo (de tres a seis diarias), de raíz de valeriana (de cuatro a seis diarias) y de hojas de lobelia (unas dos cápsulas por día).
- Ciertas algas, como la espirulina, la alga verdiazul, o la clórela, son de interés en el proceso de desintoxicación.
- También conviene reducir el consumo de cafeína y de alcohol, porque incrementar las ansias de fumar.
- Hacer ejercicio físico resulta de gran ayuda para combatir el síndrome de abstinencia.
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