La vida diaria está repleta de tensiones y resulta fácil sentirse estresado, irritable y perder los estribos. Cuando tenemos los nervios de punta, el sistema inmunológico se debilita y contamos con más probabilidades de sucumbir ante las infecciones o de padecer trastornos vinculados al estrés
La lavanda constituye uno de los mejores “curalotodos” naturales:
es un tónico relajante para el sistema nervioso, capaz de calmar los estados emocionales que tempestuosos y devolver el equilibrio al cuerpo y a la mente. Si padece dolores de cabeza provocados por la tensión, pruebe a masajear las sienes con aceite de lavanda o recurra a otro remedio: la reina Isabel I de Inglaterra bebía abundantes tazas de té de lavanda para aliviar sus frecuentes migrañas.
La manzanilla también es famosa por sus propiedades relajantes y balsámicas. Los antiguos egipcios realizaban ofrendas de plantas de manzanilla al Sol, por su potencial para aplacar estados febriles. Esta hierba, suave a la par que tonificante, resulta de especial utilidad para tratar los trastornos inflamatorios del tracto digestivo y las afecciones cutáneas, como los eczemas, que a menudo están relacionados con la tensión y la ansiedad. Añada unas gotas de manzanilla a un aceite base que utilizará para masajes y en compresas calientes.
De las flores del naranjo amargo, de dedica la fragancia, se obtiene el neroli, un aceite agridulce muy apreciado por su capacidad para relajar a los estados de ansiedad. El neroli contribuye a estimular la confianza y situaciones estresantes: para tranquilizar los nervios ante un compromiso, una charla en público o una entrevista, tome un pañuelo rociado con unas gotas de neroli y aspire su aroma un momento antes.
La mejorana dulce también calma la tensión nerviosa y posee unos intensos efectos sedantes. Puede resultar reconfortante en periodos de dolor y su aroma, cálido y leñoso, la convierte en una hierba especialmente atractiva entre los hombres que padecen insomnio. No obstante, debe utilizarla con precaución, porque se dice que apaga el deseo sexual.
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