Cebolla
Infusión: se hierve un vaso de vinagre con una cebolla cruda y cortada en rodajas. Se deja enfriar un poco y luego se vierte la infusión en un colador aplastando la pulpa de la cebolla par que salga todo su jugo. Se recoge el líquido en un cuenco y se emplea para cataplasmas practicadas sobre los callos con trocitos de gasa.
Ajo
Ungüento: para extirpar de forma definitiva los callos se mezcla la pulpa de ajo machacado con aceite de oliva. El ungüento así obtenido se aplica sobre la zona afectada, que debe vendarse bien con un paño de lino. Ni siquiera el callo más arraigado resistirá este remedio, antiguo pero muy eficaz. Se repite la aplicación si es necesario.
Ungüento: para extirpar de forma definitiva los callos se mezcla la pulpa de ajo machacado con aceite de oliva. El ungüento así obtenido se aplica sobre la zona afectada, que debe vendarse bien con un paño de lino. Ni siquiera el callo más arraigado resistirá este remedio, antiguo pero muy eficaz. Se repite la aplicación si es necesario.
Caléndula (silvestre)
Cataplasma: se escalda durante un instante un puñado de hojas frescas y bien lavadas, sumergiéndolas en agua hirviendo. Se escurren y se extienden sobre una gasa, se machacan para que salga su jugo y se aplica la cataplasma. Se renueva una vez al día.
Azucena
Tintura: se ponen a macerar varios puñados de pétalos secos en 100 ml de aguardiente y se dejan durante una semana. Se cuela el líquido y se conserva en una botella con tapón. La tintura aplicada en los callos los seca y, por lo tanto, facilita su eliminación.
Siempreviva mayor
Pulpa: se aplica cada día en las partes afectadas manteniéndola en contacto el mayor tiempo posible.
NOTA: Esta información no pretende en ningún caso la sustitución del diagnostico o tratamiento médico.
NOTA: Esta información no pretende en ningún caso la sustitución del diagnostico o tratamiento médico.
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