Caída muscular:
Con el tiempo, la piel se afina, se vuelve frágil y pierde gradualmente su elasticidad y su aspecto uniforme.
Piel apagada:
La pérdida de la luminosidad significativa en la piel del rostro se debe a la diminución de la actividad hormonar en las mujeres.
Es el momento de revisar algunas costumbres.
- Limpieza: se recomienda abandonar el uso de agua, a menos que la piel sea grasa. Prefiera una leche de limpieza que se retire con un algodón y un tónico hidratante y suavizante.
- Hidratación: asegúrese de que la piel esté hidratada las 24 horas. Es fundamental para evitar la aparición de arrugas. Para el día, elija cremas hidratantes antiedad con antirradicales libres. Es básico no descuidar el cuello para conseguir una piel firme y tersa en esa zona. Por la noche, use un producto regenerador, que también sea reafirmante y nutritivo si su piel es seca.
- Renovación: se aconseja limpiar la piel, una vez por semana, con una crema exfoliante suave que acelera el proceso de renovación celular.
- Evitar el sol: si quiere conservar la piel joven, protéjase. Pregunte a su médico qué factor de protección debe usar, de acuerdo con su color de piel.
Para potenciar la luminosidad:
Para afinar, suavizar e iluminar la piel, es recomendable comenzar a utilizar cremas que contengan ácidos: tipo glicólico, mandélico, salicílico, láctico o retinoico. No todas las pieles responden de la misma manera; por eso, es necesario acudir a un especialista para saber la cantidad de concentración que se necesita.
Por lo general, se comienza con una concentración pequeña que va incrementándose en forma gradual.
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