Saber vivir (I): Con uno mismo

Con uno mismo

Es importante desconectar de todos los problemas y, sobre todo, del trabajo cuando se llega a casa. Sólo de esta manera podrá relajarse, olvidar las tensiones del día y estar a gustos consigo mismo y con la familia.

No es obligatorio poner la televisión porque se está solo ni quedarse a verla durante toda la tarde  para, al final, reconocer que no se ha visto nada interesante. Acostúmbrese a emprender nuevas actividades y aficiones. Ver la televisión está bien siempre y cuando se seleccione algo interesante; en caso contrario, realizar una escapada fuera de la ciudad o del ambiente en que se vive es muy bueno para refrescar la mente y el cuerpo. No hace falta que sea muy lejos ni durante mucho tiempo, siempre que haya podido desconectar de todo lo que hace normalmente.

Si vive pendiente de lo que los demás opinan  sobre lo que uno hace o dice, siempre permanecerá en un constante estado de inseguridad. Hay que escucharlos, desde luego, pero sólo para aprovechar sus críticas constructivas y mejorar como persona. Nunca hay que dejar que influyan hasta el extremo de hundir psicológicamente.

Tampoco vaya recordando constantemente lo que pudo hacer y no hizo aprenda de las propias experiencias y, si cometió algún error, procure no tropezar dos veces con la misma piedra.

Con los amigos

No hay nada mejor para los amigos que recordarles su fecha de cumpleaños. Si no tiene buena memoria, apunte el aniversario de cada uno de ellos y llámelos cuando sea el momento. Hace que se sientan importantes y queridos.

Sobre todo, mantenga el contacto con los amigos, aunque sea por teléfono si no tiene tiempo de ir a visitarlos. Confianza, detalles, respeto, humildad y comprensión son, sin duda, los ingredientes que mantienen una relación de amistad.

Hay que evitar la competencia entre amigos, ya sea en el terreno profesional o en el personal, aunque a veces sea irresistible.

Los amigos no deben llevarse la sensación de que se les utiliza para un fin concreto. Es descarado llamar al cabo de un año para conseguir un favor o pedir algo que se necesita con urgencia.

En ocasiones, un cambio de trabajo o de casa hace que los amigos se pierdan o se alejen demasiado. Para conocer personas nuevas, no hay nada mejor que apuntarse a una asociación o a un cursillo.