10/3/14

Sonetos de la poda

Los siguientes versos titulados 'Sonetos de la poda' son de la poetisa chilena Gabriela Mistral.


I. PODA DE ROSAL
En el rosal, arpado y poderoso
como Holofernes vegetal, entraron
mis pulsos del acero iluminados.
a herir con seco golpe numeroso.

Yacen bajo el rosal sus dolorosos
miembros como algas de la marejada
y entra la luz en madre alborotada
por las ramas abiertas y dichosas.

Tiene, como Roldán, setenta heridas
el rosal mío y se las seca el viento,
pero quedan mis manos, del violento,
como por lengua de león lamidas…
Caen y restan en la maravilla
de un descanso perfecto abandonadas
y grito al ver las dos ensangrentadas
salamandras que tengo en las rodillas…


II. PODA DEL ALMENDRO
Podo el menudo almendro contra el cielo
con una mano pura y acendrada,
como se palpa la mejilla amada
con el semblante alado del anhelo.

Como creo la estrofa verdadera
en que dejo correr mi sangre viva,
pongo mi corazón a que reciba
la sangre inmensa de la primavera.

Mi pecho da al almendro su latido
y el tronco oye, en su médula escondido,
mi corazón como un cincel profundo.

Todos los que amaban me han perdido,
y es mi pecho, en almendro sostenido,
la sola entrega que doy al mundo…


III. HIJO ÁRBOL
El árbol invernal se estampa sobre
el cielo azul, como el perfil de Erasmo
de Rotterdam, absorto por el pasmo
de su dureza y su enjute de cobre.

Más noble así que si estuviera vivo
de frondazón sensual, con su severa
forma que aguarda a la ancha primavera
en su perfil de Erasmo pensativo.

Más yo lo podo con amargo brío
por darle gesto como a un hijo mío
hasta que se vuelva criatura.

Y al cielo que bostea de su hastío
y al paisaje sin escalofrío
lo entrego como norma de amargura.

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